En España hay 2.465 macrogranjas de porcino con capacidad para cebar animales de más de 2.000 cabezas y 834 macrogranjas para reproducir cerdas con más de 750 plazas, según los datos del Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes. Estas instalaciones industriales, debido a su tamaño, son consideradas contaminantes y deben enviar sus emisiones anuales de gases de efecto invernadero, principalmente de metano y amoniaco. En ellas se crían y ceban a millones de animales durante varios ciclos a lo largo del año.
En 2022, están ubicadas en 1.260 municipios de todo el país, especialmente en Aragón, Cataluña y la Región de Murcia. La mayoría de estos municipios (el 84%) tienen menos de 5.000 habitantes y el 80% ha experimentado una disminución en su población en los últimos 10 años, según un análisis de datos realizado por DATADISTA de la situación de las macrogranjas de porcino y la variación del censo de población de 2011 y 2021, publicado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta radiografía nos permite observar la situación poblacional de los municipios donde se encuentran la mayor concentración de estas explotaciones porcinas.
Evolución de la población en los municipios con 9 o más macrogranjas de porcino
El impacto de las macrogranjas en la "España vaciada"
Donde el impacto de la reducción de la población es más notable, es en aquellos municipios con grandes extensiones de territorio y poca población.
La Serranía Celtibérica es una región de España con una densidad de población baja, menor a 8 habitantes por kilómetro cuadrado. Esta región abarca una superficie de más de 65.000 km2 y se encuentra en las provincias de Teruel, Zaragoza, Cuenca, Guadalajara, Burgos, Segovia, Soria, Castellón, Valencia y La Rioja. La mayoría de la población tiene 50 años o más. En la Serranía Celtibérica hay 330 macrogranjas de porcino ubicadas en 169 municipios. En los últimos 10 años, el 94% de estos municipios han experimentado una disminución en su población.
La instalación de estas instalaciones industriales no ayuda a fijar población en estos territorios. Hay que tener en cuenta que el proceso industrial de una macrogranja de porcino se encuentra altamente tecnificada y con una o dos personas se pueden criar miles de animales durante todo el año. Además, tienen un impacto directo sobre otras actividades económicas como el turismo debido a los olores que desprenden las balsas de purines que se encuentran al aire libre en la mayoría de estas explotaciones.
Ganan población principalmente los grandes municipios con macrogranjas
En España, el 75% de los todos los municipios -independientemente de su tamaño- que tienen al menos una macrogranja de porcino han experimentado una pérdida de población. El 25% de los municipios que cuentan con este tipo de explotaciones ganaderas ha visto aumentar su población. Entre ellos se encuentran capitales de provincia y las grandes ciudades donde las macrogranjas no son una actividad económica dominante, como Zaragoza, Málaga, Murcia, Cartagena, Jerez de la Frontera, Albacete, Lleida o Jaén.
Un caso destacado es Lorca (Murcia), donde hay 48 macrogranjas de porcino y la población ha aumentado en 3.877 personas en una década, situándose en 95.726 personas. Lorca también cuenta con industrias auxiliares de la agroindustria, centros comerciales, empresas de servicios y un campus universitario. El 21% de la población de Lorca es extranjera, principalmente marroquíes y ecuatorianos.
Es importante tener en cuenta que en estos grandes municipios el crecimiento de la población no se debe únicamente a la presencia de macrogranjas, sino que hay muchos otros factores que influyen en el cambio demográfico.
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