Estamos de celebración y queremos compartirlo contigo, que crees como nosotros en el periodismo honesto que busca entender y explicar la realidad, no reforzar ideologías determinadas. El 2 de octubre de 2016, hace ya cinco años, le contamos al mundo que llegaba un nuevo medio. Y a ti, que formas parte de esta convicción siguiéndonos, apoyando, difundiendo, te queremos mostrar un vistazo al making-of de DATADISTA, un medio sin grandes capitales detrás, nacido a pulmón de los recursos de dos periodistas convencidos de que hay otro modo de hacer las cosas, que aquí sigue, cinco años después. Y hablaremos, por supuesto, de datos, como en cada boletín. Esta semana con la reforma de las pensiones como protagonista, la evolución del volcán de La Palma y las últimas novedades sobre la COVID-19. Arrancamos.
Hace cinco años, el making-of
Hace cinco años ya habíamos vuelto de nuestro primer viaje en moto por el litoral mediterráneo peninsular con una cámara incrustada en el morro (de la moto) que recogió los restos del estallido de la burbuja inmobiliaria.
Cuanto más hablábamos de ello, más claro teníamos que necesitábamos investigar lo que habíamos visto con total independencia y con todo el tiempo que fuese necesario. Eso equivalía a hacerlo en un medio propio. Un medio que, sin saberlo, había nacido al arrancar la moto pero que se presentó al mundo un 2 de octubre con un breve tuit: "¡Hola, Twitter! y con el primer Cuaderno de la Corrupción, el que explicó las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia. Un cuaderno, un rotulador y dibujillos pero después de analizar 74.000 líneas de Excel, leer la acusación de Fiscalía y los autos judiciales. Periodismo y nuevas narrativas.
El siguiente sería el cuaderno para aprender a fabricar tu propia Gürtel. Tuvimos montones de agradecimientos de gente que decía haber entendido al fin una trama que se había vuelto dispersa y compleja en los medios pero también mensajes de quien creyó ver que ahí estaba la prueba de nuestro sesgo ideológico y nos demandaba el cuaderno de la corrupción de los ERE de Andalucía. Ese cuaderno ya estaba hecho. Saldría a la semana siguiente. Pero fue muy interesante comprobar la convicción que existe en España de que todo medio que nazca será de un bando y eso equivaldrá a dar determinada información y esquivar otra.
No teníamos ni web al nacer. Nuestros vídeos, nuestras visualizaciones, los hilos corrían como la pólvora por las redes sociales como tarjeta de presentación.
No teníamos redacción. Si los proyectos tecnológicos presumen con el tiempo de haber nacido en un garaje, DATADISTA empezó sus cuadernos de la corrupción retirando muebles y grabando de rodillas un cuaderno sobre un baúl en pocos metros cuadrados del salón de una pequeña buhardilla del centro de Madrid.
Detrás de cada viaje para avanzar en la investigación de Playa Burbuja había una estricta planificación de gastos que hizo honor a lo de gastar menos que un mechero. Los cálculos se hacían para incluir una investigación más en el libro, un viaje más.
Si necesitábamos un conocimiento especializado para un desarrollo o una visualización, lo contratábamos solo si podíamos pagarlo como merece un conocimiento especializado. Si no, lo aprendíamos. El día era para trabajar en informaciones. Parte de la noche, para seguir tutoriales y aprender. De todo. Bendita generosidad de personas que han colgado horas y horas y horas de formación gratuita de todo tipo de programas y habilidades en Internet. Con el tiempo hemos invertido en cursos especializados en algunos de los mejores centros de formación, presencial y on line, pero hay una mina en Internet para ayudar a emprender.
El último secreto que vamos a compartir por hoy contigo es que para hacer periodismo a veces hay que mojarse. Hay que ir a los sitios. Hay que poner caras e imágenes a lo que dicen los datos. El vídeo de la Rambla del Albujón a principios de 2017 que muestra el torrente hacia el Mar Menor (que negaban entonces los políticos) no podría haberse grabado sin meterse literalmente en el agua. El trípode estaba haciendo equilibrios sobre tres rocas con la corriente pasándole alrededor. Ir una y otra vez a los sitios tiene sus recompensas. El tercer viaje a Carboneras, cuando ya nos conocía medio Ayuntamiento de tanto pasar por allí, alguien nos hizo una señal y nos llevó a un despacho. Abrió y nos dijo que teníamos una hora. Y cerró. Allí estaba, en dos enormes cajas, toda la documentación de El Algarrobico.
La erupción en La Palma ha destruido 946 casas
Esta semana, la colada de lava del volcán de La Palma ha llegado al mar, creando un delta de lava o fajana que ocupa ya casi 28 hectáreas. Todo el terreno que cree la colada es del Estado ya que se cataloga como dominio público marítimo terrestre.
En esta imagen puedes ver la última actualización disponible del servicio de emergencias de Copernicus de la Unión Europea. Hasta el momento, ha destruido 946 casas y afectado a otras 128. La superficie de la colada abarca 397,5 hectáreas. También ha aumentado la superficie de la ceniza volcánica. Ocupa una superficie de 4.819,3 hectáreas.
El 30 de septiembre, el satélite Sentinel-2 pudo tomar una imagen de la isla en un momento que no había nubes o humo ocultando la superficie afectada. Es una imagen procesada en falso color para poder resaltar la colada de lava en su camino hacia el mar.
Nueve millones de pensionistas, nueve millones de votos
Qué lejos quedan los tiempos en que Felipe González y José María Aznar, allá por 1995, acordaron no usar las pensiones para rascar votos. Convertirlas en un asunto de Estado. Aquello derivó en el Pacto de Toledo, que alumbró entre otras cosas la hoy consumida hucha de las pensiones. El mismo Pacto de Toledo donde se han fraguado durante cinco largos años las 21 recomendaciones que son el origen de la reforma parcial de las pensiones que está ahora en marcha. Recomendaciones aprobadas en noviembre de 2020 por una amplísima mayoría del Congreso (incluidos PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos) y reforma pactada con los agentes sociales el pasado mes de junio. Visto lo ocurrido esta semana, quién diría que ha existido acuerdo alguno.
La tentación es grande. Son muchos los pensionistas a los que dirigirse, tras situarse en el pasado mes de septiembre en 8.949.770 perceptores de pensión contributiva (de los que 6.053.397 son de jubilación). Y muchos más que van a ser según se vaya jubilando la generación del baby boom. Por eso quizás abunden los mensajes contradictorios que nadan y guardan la ropa y digodiegos constantes.
Ocurre hace tiempo pero esta semana se ha vuelto a hablar de pensiones allí por donde ha pasado un político, un periodista o un analista de la política española. Vamos a repasar lo dicho y a ponerle contexto y datos.
Se ha hablado de pensiones en la convención nacional del Partido Popular, donde el ex presidente Mariano Rajoy le dijo al aspirante a serlo, Pablo Casado, que cuando gobierne tendrá que recuperar la legislación que él aprobó en 2013.
El Gobierno de Pedro Sánchez está en vías de derogar parcialmente esa reforma de las pensiones de Rajoy (2013), recuperando el vínculo con el IPC (Recomendación 2 del Pacto de Toledo) y suprimiendo el llamado factor de sostenibilidad, que definía cuanto cobraba un nuevo pensionista en función del equilibrio de las cuentas de la Seguridad Social y la evolución de la esperanza de vida. Actualmente, la media de las nuevas pensiones de jubilación del Régimen General que se dan de alta en el sistema ha superado ya los 1.500 euros.
Dos cosas. Primera. Fue el PP quien dejó en suspenso hasta 2023 la entrada en vigor del factor de sostenibilidad como única vía de lograr el apoyo del PNV a los Presupuestos Generales de 2018. "Supongo que tendrás que cambiar otra vez la ley. Y lo mismo te hacen una huelga", le dijo Rajoy a Casado esta semana refiriéndose a la del Gobierno Sánchez, claro, no a la suya. "No te va a quedar otra", insistió, cuestionando que, de otro modo, el sistema vaya a ser sostenible.
Segunda. El factor de sostenibilidad se deroga pero será sustituido por un mecanismo que no está acordado y que ha llevado a otra polémica esta semana. Porque de pensiones se ha hablado también a raíz de una entrevista del ministro del ramo, José Luis Escrivá en el diario Ara, donde defendía la importancia de adoptar en España la cultura de prolongar la edad de jubilación. "Hay que hacer un cambio cultural en España. En Europa hay una tendencia clara a que entre 55 y 70, 75 años se trabaje cada vez más". Citar los 75 años, aunque estuviera pensando en una opción voluntaria y solo para algunas profesiones, fue como mentar al diablo y volvió a colocarle bajo las críticas de propios y extraños.
No es la primera vez que Escrivá da en ese hueso. Ya fue protagonista en julio de una polémica similar cuando dijo en TVE que los babyboomers (los nacidos entre 1958 y 1977) iban a tener que "trabajar un poco más" para no ver afectada su pensión. Tras los desmentidos por patronal y sindicatos de que hubiese un acuerdo que pudiera perjudicar a los futuros pensionistas, aquello se saldó con un "no tuve mi mejor día, se me entendió mal".
Pero al final todo lleva a recordar que el llamado mecanismo de equidad intergeneracional, que es el que está llamado a sustituir al factor de sostenibilidad, está por negociar y que va a ser un punto difícil de consensuar. Por eso precisamente se ha dejado para una segunda parte de la reforma.
Y se ha hablado de pensiones en el Congreso, tanto para lanzarse dardos de bancada a bancada en la sesión de control al Gobierno por lo dicho en los medios y en la convención del PP, como, y esto debería ser lo más relevante porque es lo que irá finalmente al BOE, porque el propio Escrivá presentó precisamente esta semana ante la Cámara el Proyecto de Ley de Reforma de las Pensiones.
Y entre col y col, los datos. Esta semana conocíamos, por un lado, el dato del coste de la nómina de las pensiones de septiembre, que sigue escalando y que en lo que va de año supone ya el equivalente al 12% del PIB. Desde enero, supera los 10.000 millones de euros cada mes (20.000 millones los dos meses que incluyen paga extra) y subiendo. En septiembre, la nómina de las pensiones fue de 10.234 millones.
Y por otro lado, conocíamos el dato adelantado del IPC de septiembre, que a lomos de los precios de la energía ya ha tocado el 4%. Cada vez que se conozca el IPC ahora, se pensará automáticamente en la subida de las pensiones.
Y la cosa está que arde. La vuelta de la actividad tras las restricciones de la pandemia con el consecuente aumento de la demanda, la escasez de componentes y sobre todo la imparable escalada energética tienen el dato desbocado. Al ser el dato adelantado no conocemos aún el desglose por subgrupos pero sirva como guía el dato de agosto, cuando la variación anual se situó en el 3,3%, impulsada en gran parte por un aumento del 27,3% en el epígrafe de electricidad, gas y otros combustibles. La subida de la energía está condicionando la evolución del IPC e influirá por tanto en la revalorización de las pensiones, incluido el ajuste respecto a la subida de este año (que se quedó bastante corta si la cosa se mantiene en estos niveles, porque fue del 0,9%), que se llevará a cabo con la paguilla de primer trimestre de 2021, la última de este tipo que se va a realizar.
Pero el precio de la energía influye en todos los productos y servicios, por lo que está provocando un efecto de segunda vuelta que se ha unido al que ya se estaba produciendo por la recuperación económica postpandemia. Todo lo que esté vinculado al IPC (salarios, alquileres...) se verá arrastrado por esta tendencia.
Hacia la "nueva normalidad"
La semana termina con una incidencia acumulada en los últimos 14 días de 57,91 casos por cada 100.000 habitantes y al 77,4% de la población con la pauta completa de la vacuna contra la covid-19.
El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha aprobado esta semana la ampliación del aforo en los estadios de fútbol al 100% y del 80% en los recintos deportivos cerrados. Es una medida que estará en vigor durante el mes de octubre y que las comunidades autónomas pueden reducir según su situación epidemiológica. Cataluña y País Vasco han decidido mantenerlos de momento al 60% en recintos deportivos al exterior. Las comunidades autónomas también han levantado algunas de las restricciones de aforos en restauración, comercios y ocio nocturno. La medida que aún continúa es el uso de la mascarilla en interiores y en exteriores cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad. Esta normativa, al ser estatal, no puede ser eliminada por las comunidades autónomas.
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