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#63 Mar Menor: noventa años de una idea, tres de un desastre

  •   7 minutos de lectura

Como sabes, hace unos días presentamos nuestra investigación sobre el estado de las masas de agua subterránea de España, que sacó a la luz que el 44% de esas masas se encuentra en mal estado según los documentos de preparación de los planes de tercer ciclo de las confederaciones hidrográficas, ya sea mal estado cuantitativo (se saca más agua de la que es capaz de reponer el ciclo), cualitativo (está contaminada con uno o varios elementos por encima de los umbrales legales y aptos para consumo humano) o ambos.

Seguimos profundizando en historias de acuíferos que, pese a ser los grandes desconocidos para la ciudadanía y recibir tan poca atención mediática, constituyen unas inmensas reservas de agua de este país, tienen mucho que ver con la situación del agua superficial, con grandes inversiones públicas que se están acometiendo para garantizar el abastecimiento humano que se surtía históricamente de aguas subterráneas y con desastres medioambientales en ecosistemas que, en teoría, este país estaba obligado a proteger.

Masas de agua subterránea en mal estado (químico, por sobreexplotación o ambos)

Hoy te traemos la versión ultrabreve de una larga historia, datos detrás de esa historia, su vínculo con un desastre medioambiental que tuvo uno de sus episodios más devastadores hace ahora tres años y la nueva guerra política por el agua que promete convertirse en clave de las próximas elecciones de 2023, primero autonómicas y después para las generales.

La historia arranca hace casi noventa años, en 1933, cuando el ingeniero Manuel Lorenzo Pardo visitó el sureste español por encargo del ministro de Obras Públicas, entonces Indalecio Prieto. Dicen que, en el viaje de vuelta a Madrid, Lorenzo Pardo les dijo a sus acompañantes que habría que llevar allí el Nilo si hacía falta, que aquella tierra tan fértil encerraba una enorme riqueza ensombrecida por un 'pequeño' detalle que se disponían a solucionar: el agua. La falta de agua.

No fue el Nilo -¡viva el pragmatismo!- sino el Tajo el río elegido para alimentar con su caudal aquellas tierras, pero la Guerra Civil hizo que se abandonase el plan de Trasvase Tajo-Segura (TTS), que no se retomó hasta 1965, inaugurándose en 1979.

Tramos del trasvase Tajo-Segura

Damos un gigantesco paso en el tiempo a 2019, el ejercicio en que cumplía 40 años desde su inauguración ese prodigio de ingeniería civil que es el trasvase. Un canal de 292 kilómetros con capacidad de enviar hasta 33 metros cúbicos por segundo y que empieza su recorrido salvando un desnivel de 245 metros de altura en tan solo 1.070 metros de longitud. La mañana del 12 de octubre de 2019, las orillas de la playa de Villananitos, en el Mar Menor, empezaron a llenarse de peces y crustáceos moribundos en busca de oxígeno.

Peces y crustáceos muertos a las orillas del Mar Menor en octubre de 2019 | ANSE

Se han cumplido esta semana tres años desde aquellas imágenes que dieron la vuelta al mundo y convirtieron teóricamente en inaplazable poner solución a un problema del que llevaban décadas alertando científicos y ecologistas. Fue el primer episodio de anoxia de una larga crisis. La apuesta por convertir el sureste español en 'la huerta de Europa', impulsar por ley el regadío intensivo y dejarlo después crecer sin control había engendrado una máquina exportadora pero también provocado el desequilibrio del Mar Menor, que llevaba avisando de estar al límite desde 2016. Ese año, las aguas se volvieron turbias y la laguna de históricas aguas oligotróficas y transparentes se convirtió en una sopa verde.

Datos. El trasvase nunca llevó al sureste el agua prevista. Los 400 hm3 anuales previstos para regadío quedaron de media en menos de la mitad y, sin embargo, el regadío creció como si hubiera llegado toda el agua prevista y mucho más. ¿De dónde salía el resto del agua, especialmente en los años de sequía, cuando el trasvase quedaba en mínimos? La respuesta estaba, por supuesto, bajo el suelo, en los acuíferos.

Consumos netos totales para riego del trasvase Tajo-Segura por año hidrológico | CHS.

Aquella permisividad con la explotación de las masas subterráneas incentivó que el regadío se extendiera allí donde no había derechos de riego. En las tierras junto al Mar Menor, aquel gigante hortícola se fue convirtiendo en una amenaza para la laguna, castigada ya por el urbanismo descontrolado de La Manga, aguas mal depuradas y los restos de la minería.

El regadío cada vez más intensivo y sus fertilizantes llegaban al Mar Menor por escorrentía, especialmente en los habituales episodios de lluvias torrenciales, que pillaban los campos recién abonados y se llevaban aquel nitrato puro a la laguna, donde se convertía en abono del fitoplancton. El abono se filtraba además al subsuelo, al acuífero del Campo de Cartagena, cuya capa superior, conectada por el subsuelo con el propio Mar Menor, tiene uno de los niveles de contaminación por nitratos debidos a los fertilizantes más altos de las masas de agua subterránea de España. Pero además esa capa superior estuvo sobreexplotada por las extracciones, lo que provocó que se filtrase el agua desde el Mar Menor, lo que convirtió el agua en salada, no apta para el riego.

Cuando, en la dura sequía de mediados de los noventa, se permitió sacar agua de esa capa superior, la capa del Cuaternario, para regar el campo, había que desalobrarla pero eso generaba un vertido cargado de nitratos, que acabó en muchos casos en el Mar Menor o de vuelta al acuífero. La conexión entre acuífero y Mar Menor hace además que el agua subterránea pase a la laguna constantemente por el subsuelo, aportándole nitratos también por esa vía.

El desastre de 2019 pero sobre todo la comunicación del procedimiento de la Comisión Europea, el 2 de julio de 2020, de apertura de expediente que puede derivar en procedimiento sancionador al Reino de España por el incumplimiento de la Directiva de protección de las aguas contra la contaminación por nitratos de la agricultura han cambiado muchas cosas.

Se ha cerrado el grifo a 6.000 hectáreas de regadío ilegal junto al Mar Menor, esas que ninguna administración parecía ver cuando ANSE y WWF cuantificaron las hectáreas ilegales años antes, y se han impuesto medidas cautelares para limitar el uso de fertilizantes y el número de ciclos de cultivos hortícolas.

El acuífero sigue rebosando por las ramblas y sus aguas contaminadas de nitratos circulan hasta el Mar Menor por la superficie y se filtran por el subsuelo pero al menos, después de años de avisos de la laguna, se han empezado a tomar algunas medidas.

Situación de la rambla del Albujón antes de su desembocadura en el Mar Menor. Imagen tomada el 28/09/2022, tres días después de las lluvias torrenciales que afectaron al Campo de Cartagena el 25/09/2022. | DATADISTA

Sin embargo, la cuenca del Segura y su regadío, alimentado en una parte importante por el trasvase, no es solo el Mar Menor. En la cuenca no pueden recurrir mucho más a los acuíferos y los planes de reducir el trasvase desde el Tajo para cumplir con los caudales ecológicos del río cedente y adecuarse a los efectos de la emergencia climática han despertado las alarmas en el Segura, porque la opción de sustituir agua superficial por subterránea ya no existe. Se ha abusado de ella durante demasiado tiempo y hay un alto número de masas sobreexplotadas. Al contrario, son las extracciones de los acuíferos las que se están sustituyendo por agua superficial, como la procedente de las desaladoras de agua de mar. Este es el estado cuantitativo de las masas de agua subterráneas de la cuenca del Segura, según los documentos de tercer ciclo de la Confederación Hidrográfica.

38 masas de agua subterránea (60%) están en mal estado cuantitativo en la cuenca del Segura. De estas, hay 6 masas (en negro) que se acogen a prórroga por mal estado cuantitativo más allá de 2027, todas ellas también acogidas a prórroga por mal estado químico. | CHS

Actualmente está en estudio el recorte del trasvase antes de la aprobación definitiva de los planes del Tajo y del Segura y eso ha actuado cual estímulo a perro de Pavlov para la política, metida ya en campaña electoral. La guerra del agua vuelve a ponerse en el centro del discurso.

Para hacerse idea de hasta qué punto puede ser relevante, en 2001, con el PP en el Gobierno, el Plan Hidrológico Nacional aprobó el Trasvase del Ebro, para llevar más agua al sureste. En 2004, ya con el PSOE, ese proyecto de trasvase se anuló. El PP ha defendido históricamente que las cuencas excedentarias den agua a las deficitarias. El PSOE en el Gobierno central, que cada cuenca sea capaz de autoabastecerse y limite su consumo a sus recursos disponibles, como nos contó en esta entrevista Hugo Morán, Secretario de Estado de Medio Ambiente.

Sin embargo, los socialistas regionales tienen ideas muy diferentes al estatal. El de Castilla-La Mancha, por ejemplo, ha votado contra el Plan de Tercer Ciclo de la cuenca del Guadiana por considerar, entre otras cosas, que se debería hacer más para llevar agua para el regadío a esa región, que ya va a recibir agua del Tajo para abastecimiento humano a través de la tubería manchega.

En DATADISTA llevamos mucho tiempo investigando sobre el Mar Menor. Nuestra investigación en profundidad sobre lo ocurrido en la laguna se publicó el mismo día en que tuvo lugar el primer episodio de anoxia y mortalidad masiva de peces, es decir, hace también tres años. El tema sigue de máxima actualidad.

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